HAY QUE LEER, LEER Y LEER

-Murió Chuy Valdez

Tiempo de opinar

Raúl Hernández Moreno

En el día mundial del libro, quiero  recordar que la primera vez que leí Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, tenía 17 años. Era una edición de Sudamericana, en pasta blanda, que compre  en la desaparecida Librería Cristal, de Monterrey,  y costo 264 pesos –lo sé, porque en el libro aparece el precio.

La literatura de  Gabo me atrapó  y desde entonces he leído y tengo casi todos sus libros –excepto su autobiografía y un par de libros con textos periodísticos- Si Gabo no hubiese escrito Cien años de soledad, igual  disfrutaríamos de sus Funerales de la mamá  grande, La increíble  y triste historia de E rendirá y su abuela desalmada, El amor en los tiempos del cólera, El coronel no  tiene quien le escriba,  Relato de un Naufrago, Memoria de mis putas tristes y muchos más. Hasta el texto del discurso que dio al recibir el premio Nobel, es genial y suena  surrealista.

Pero si nos  gusta el Gabo literato, nunca nos  gustó el Gabo político, ese que era amigo y admirador de los dictadores Fidel Castro y Omar Torrijos. El Gabo izquierdista es tan endeble y condenable  como el Mario Vargas Llosa derechista. Quedémonos mejor con La guerra del fin del mundo, Pantaleón y las visitadoras, La Casa Verde, La tía Julia y el escribidor, La  historia de Mayta, Los cachorros y todos sus libros.

Cuando se adquiere el  hábito de la lectura,  jamás se  deja. Cuando leemos siempre será bueno tener a la mano varios cientos de libros por leer y varios miles ya leídos, pero cuya relectura resulta tan emocionante como la primera vez.  Tan solo le mes pasado, la relectura del cuento de Anacleto Morones, de Juan Rulfo, nos pareció una descripción muy aproximada al Nassón Joaquín García de la secta la Luz del Mundo. Léalo, se lo recomiendo.

En fin, en el día mundial del libro, no hay mejor sugerencia que leer, leer y leer, lo que nos ayudará a saber más y encontrar  el sentido de la vida.

En otro tema, este día  falleció Jesús Valdez Zermeño. Ex dirigente del PRI en tres  ocasiones,  regidor,  candidato a diputado local, gerente de Comapa, ex jefe de Servicios Públicos Primarios, murió de un infarto.

Ingeniero civil, egresado del Instituto Tecnológico, Valdez fue muy amiguero y era hombre de una sola palabra. Sí podía, ayudaba a quien se lo solicitara y si podía dañar a alguien, no lo  hacía, pues no era  hombre de rencores.

Todavía en diciembre, formó parte del equipo que impulsaba la candidatura de Hugo Macay a la presidencia municipal, pero sorpresivamente  se fue a Laredo, Texas, donde permaneció hasta hace algunas semanas, siendo un misterio las razones de este pequeño autoexilió. A su regreso, se integró a la campaña de  Yahleel Abdala Carmona. Platicamos con él  hace un par de semana y estaba convencido de que a diferencia del 2021, ahora si va a ganar Yahleel.

El sorpresivo deceso de Chuy cimbró a la clase política, pues era  relativamente joven,  nacido en 1969. Descanse en paz y desde este espacio le damos el pésame a su viuda, hijos y familia.

Por  otra parte, ya viene el segundo  debate  presidencial para el próximo domingo y quienes lo van a ver, esperan que no sea tan deprimente como el primero.

Pero la realidad es que no  hay que  hacernos  ilusiones. Por segunda vez  vamos a ver una   guerra de lodo entre las dos candidatas. Esta debería de ser una  oportunidad para que Jorge Álvarez Máynez se dedique a presentar propuestas viables. En días pasados vimos que se opone a reducir a 60 años la edad para  recibir pensiones. Y tiene razón: los programas sociales van a reventar al país en cualquier momento, porque chupan mucho dinero. Al tiempo.

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