MARCOS SE LANZA CONTRA AMLO

-Lo compara con varios expresidentes

-AMLO absorbe lo peor de ellos

-No se cansa de decir barbaridades

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Raúl Hernández Moreno

22-agosto-2024

Cuando estudiaba la carrera de leyes, en un ciclo de conferencias que se organizó en la Facultad de Derecho de la UANL, uno de los ponentes fue don Hermenegildo López Torres, creador de ese enorme partido de masas, el PUP.
Don Hermenegildo mantenía atento, y riendo a carcajadas, al auditorio durante sus charlas, en las que ofrecía sus clasificaciones de toda clase de pendejos.

Para no herir susceptibilidades, él explicaba que la palabra pendejo la usaba sin dolo, y más bien como sinónimo de torpeza. Y la realidad es que todos nos reíamos con su ingenio espontáneo.

Si don Hermenegildo hubiese sido contemporáneo de Andrés Manuel López Obrador, habría tenido material en exceso, todos los días, todas las horas, con tantas ocurrencias, idioteces y barbaridades que el presidente dice un día sí y al otro también.

Si hace unos días nos enteramos que la Fiscalía General de la República busca al piloto que maniobró el avión el que cual el capo de la droga Ismael El Mayo Zambada fue trasladado a Estados Unidos, para acusarlo de traición a la patria, ahora se anuncia que Joaquín Guzmán López será acusado del secuestro del barón de la droga y el gobierno pedirá su extradición para que se le enjuicie en México.

Sí Estados Unidos capturó y ejecutó de un balazo en la cabeza a Osama Bin Laden; si detuvo y ejecutó a Saddam Hussein; si detuvo y encarceló al general

Antonio Noriega, ¿qué hace pensar al gobierno mexicano que Estados Unidos acceda a entregarles al Chapito, que les entregó a El Mayo? Solo un digno socio del PUP pensaría esta barbaridad.

Es tan bárbaro el Presidente que el subcomandante Marcos lo acaba de comparar con Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverria, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Marcos se quedó cortó.

AMLO comparte lo peor de otros ex presidentes: le gusta violar la ley, como lo hacía Benito Juárez; se cree la reencarnación de Jesús y cree que puede perdonar a personajes que en el pasado cometieron excesos, como Francisco I. Madero que borró los crímenes y robos de Francisco Villa y AMLO hizo lo mismo con Manuel Bartlett y su mega fraude de 1988.

Si Álvaro Obregón le heredó el poder a Plutarco Elías Calles, AMLO se lo regaló a Claudia Sheinbaum.

Y así podríamos seguir, encontrando en AMLO los vicios de muchos otros expresidentes. Lo que no queda claro es si la señora Sheinbaum buscará canonizar a AMLO o lo deja al juicio de la historia, que puede condenarlo al mismo sitio donde hoy están Agustín de Iturbide, Antonio López de Santa Anna y Porfirio Díaz.

En vida, a los tres los adoraban los mexicanos. A los tres los recibieron con arcos de triunfo y una lluvia de flores al entrar a la Ciudad de México. A Iturbide cuando consumó la independencia, porque él la consumó. A Santa Anna le dedican una estrofa en el himno nacional original. Y a don Porfirio en 1967, cuando tomó Puebla y luego libero a la Ciudad de México. Los tres se convirtieron en villanos con el paso del tiempo.

Caso contrario pasó con Miguel Hidalgo, Francisco I. Madero, Francisco Villa y Emiliano Zapata. A los cuatro meses de iniciado el movimiento de independencia, Hidalgo fue derrotado en la batalla de Puente de Calderón y los insurgentes estaban enojadísimos con él, al grado de que Ignacio Allende buscó envenenarlo, pero fracasó. Cuando Francisco I. Madero fue arrestado y encarcelado en Palacio Nacional, el pueblo no hizo nada para liberarlo. Y en cuanto a Villa y Zapata, en sus últimos años terminaron con la imagen de bandidos.

Si los cuatro pasaron en sus últimos años de una mala imagen a héroes, fue por razones políticas. A Hidalgo lo hizo héroe Maximiliano de Habsburgo, a Madero lo entronizaron los constitucionalistas y a Zapata y Villa, los hizo Obregón,

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