VINCULAN A PROCESO A EX FUNCIONARIO CABECISTA
-Tecnológico cumple 60 años
-Caso Gattas, recuerda al de Benjamín
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Raúl Hernández Moreno
18-octubre-2024
Gilberto Estrella Hernández, exsecretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente en la administración panista de Francisco García Cabeza de Vaca, fue vinculado a proceso por los delitos de Ejercicio Ilícito de Servicio Público y Desempeño de Funciones Judiciales o Administrativas.
El juez encargado dictó como medidas cautelares las previstas en el artículo 155 del Código Nacional de Procedimientos Penales, incluyendo restricciones para asegurar la integridad del proceso, que impiden que salga de la ciudad.
Además se fijó un plazo de tres meses para concluir la investigación complementaria informó la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción de Tamaulipas.
Este proceso judicial es parte de las investigaciones contra otros funcionarios cabecistas, quienes presuntamente cometieron irregularidades en el ejercicio de sus cargos.
La justicia en Tamaulipas camina a paso de tortuga reumática. Han pasado dos años desde que concluyó la pesadilla del cabecismo y pocos han sido los ex funcionarios llamados a cuentas.
Para colmo, las sanciones que se han aplicado a los cabecistas, no siempre funcionan y ahí está el caso de Gerardo Peña, castigado con la inhabilitación durante un año para ocupar cargos públicos, y la medida se la pasó por el arco del triunfo, pues el castigo quedó invalidado mediante un amparo de la justicia federal.
Urge agilizar los expedientes en contra de los cabecistas.
Por otra parte, la alcaldesa Carmen Lilia Canturosas Villarreal, junto a directivos y autoridades escolares, encabezó la ceremonia conmemorativa del 60 Aniversario del Instituto Tecnológico de Nuevo Laredo del cual destacó, ha sido un pilar en la educación de jóvenes y por el que han pasado 50 generaciones desde que se fundó.
El director del Instituto Tecnológico de Nuevo Laredo, Benito Sánchez Raya, mencionó que en los 60 años el instituto ha evolucionado y destacado académicamente brindando a los jóvenes de la ciudad una educación de primer nivel. También agradeció el apoyo que ha brindado el gobierno municipal al plantel educativo.
El gobierno municipal ha apoyado a la institución educativa con la remodelación del campo de béisbol; se tiene programada la motoconformación de 3 campos de fútbol y se estarán resanando los detalles de pintura en la cancha de futrap.
Además, se ha otorgado en materia de traslado a eventos y el uso de diversas instalaciones municipales para actividades deportivas, culturales, académicas y sociales.
Por otra parte, el caso de Eduardo Gattas y la petición de su cabildo de removerlo, nos recuerda que en Nuevo Laredo se dio un caso similar en el 2010, cuando un grupo de regidores del PAN y del PRI intentó quitar a Benjamín Galván Gómez, pero el gobernador Egidio Torre Cantú, se opuso.
La revuelta de los regidores estuvo encabezada por priistas como Yahleel Abdala, Carlos Luis Hinojosa y Jorge Isaac López, que redactó la carta-petición, pero luego se deslindó.
Yahleel y Carlos Luis plantearon la petición a Torre Cantú, pero el mandatario los trató con desprecio y les dijo que ese no era asunto de su competencia, que lo vieran con el Congreso.
La queja de los ediles era que Benjamín los ninguneó, que no estaba cumpliendo con su responsabilidad su trabajo, que estaba saqueando las arcas públicas y gobernaba como un reyezuelo.
Llegaron a sumar algo así como 12 de 23 ediles. Eran mayoría, pero no hubo voluntad de Egidio Torre para acceder a su petición y en privado decía que, si Nuevo Laredo tenía a un mal alcalde, él no lo había elegido, sino los neolaredenses, ¡que se jodieran!
El tiempo confirmaría que obró mal, que Benjamín no honró los compromisos cumplidos y terminó siendo asesinado y el suyo se convirtió en un caso sin resolver. Si Egidio lo hubiera removido, Benjamín estaría vivo.
Uno de los regidores involucrados en la revuelta, se justificó ante los nulos resultados: “Hicimos nuestra lucha, intentamos quitarlo, por el bien de Nuevo Laredo, pero de arriba lo sostuvieron”.
Con el apoyo incondicional de Egidio, el trienio de Benjamín fue un gobierno de ocurrencias, que presumía, como si fuera un gran logró, la instalación de un tobogán de ocho metros de largo.
Fue en ese trienio cuando el gobierno estatal tomó la decisión de desaparecer la policía municipal, que llegó a tener unos 900 policías. En materia de seguridad, fue muy complicado. Un coche-bomba estalló afuera de la presidencia municipal. Y ante la ola de inseguridad, el alcalde se concretaba a sonreír. Nunca tuvo una idea clara de lo que ocurría. Pudo haber renunciado, pero se aferró al dinero.