¿Y DÓNDE ESTÁ LA DIPUTADA?

Quien se ha vuelto “ojo de hormiga” es la diputada federal por Nuevo Laredo, Ana Laura Huerta Valdovinos. Y es que ya tiene tiempo que no se le ve en eventos en esta ciudad fronteriza, y aunque se puede justificar diciendo que anda en la Ciudad de México, justamente realizando su labor legislativa, tampoco se sabe que haya tenido alguna intervención importante en San Lázaro. Además tiene pendiente realizar su informe de actividades legislativas, para que así el pueblo de Nuevo Laredo sepa que ha hecho en beneficio del propio pueblo, durante su primer año como diputada, pero ni eso. Y así ni como pueda cumplir su anhelado sueño de querer buscar la reelección. Aquí lo malo es que quien sale perdiendo es el Partido Verde, que todo indica para el 2024 perderá esa posición que ya había ganado.

LOS “FIFIS” DEL VERDE
Por cierto que hablando del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) qué ridículos se escucha el anuncio nuevo ese que andan publicitando en la radio y donde hablan de los supuestos beneficios que está generando el Verde, y que a decir verdad no hay nada de eso, pues ya sabemos que realmente no están haciendo nada. Peor aún se escucha a una de las protagonistas del anuncio decir “aunque nos sigan criticando, seguiremos trabajando”, con una voz por demás aniñada, muy “fifí”, tal y como lo es este partido integrado en su mayoría por gente rica que juega a la política. Yo la verdad no entiendo como el Presidente Andrés Manuel López Obrador se queja de los “fifís”, teniendo de aliados a los del Partido Verde.

CRASO ERROR, DE MR. CACHORRO
En craso error ha incurrido el dirigente estatal del Partido Acción Nacional (PAN), Luis René Cantú Galván, al haberse exasperado en una conferencia de prensa cuando le preguntaron sobre el paradero del ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, e irse en contra de quien le hizo tal pregunta, diciéndole palabras más, palabras menos, que ya chole con el tema. Y es que conociendo de canicas, cuando a un reportero le refutas el preguntar algo, con más razón lo va hacer, y ya no nada más él, sino otros más, así es que prácticamente “se puso de pechito”. Ahora bien, se entiende que le moleste el tema, pues es obvio que no va a decir donde está Cabeza de Vaca, porque de decirlo, quedará expuesto a un citatorio judicial de parte de quienes lo andan buscando por la orden de aprehensión que trae el ex mandatario estatal, y si no dice, incurre en complicidad. Así que craso error, muy craso error.

“EL MOYO” DEFENDIENDO TEMA PERSONAL
Nada bueno le va a representar al diputado local neolaredense, Félix Fernando García Aguiar, defender el tema de la obtención de una notaría pública por parte de su esposa Blanca Isela Pérez González, toda vez que por todas partes va a salir perdiendo. Y es que el simple hecho de desatender cosas más importantes, legislativamente hablando, para atender un asunto muy personal (sobre todo porque esa notaría será también de “El Moyo” ante la sociedad conyugal), es algo que a todas luces se ve mal, y si a eso le sumamos que no hay manera de defender el punto, pues es obvio que a “El Moyo” le dieron esa notaría como premio a su lealtad al ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, y que todo lo que diga de que fue algo legal, sale sobrando, pues peor el asunto. Así que como bien dice el dicho “calladito se ve más bonito”.

CHISTES
En una feria, un hombre se topa con la tienda de campaña de una adivina. Pensando en pasar un buen rato, entra en ella y se sienta.
“Puedo ver que es padre de dos”, dice la vidente, mirando su bola de cristal.
“¡Ajá! Eso es lo que usted cree”, dice el hombre con desdén, “en realidad soy padre de tres”.
“¡Ajá!”, dice la adivina, “eso es lo que usted cree”.

Cansada de esperar al final de la fila para entrar al Arca de Noé, una pulga brinca de animal en animal para acercarse al frente. Finalmente aterriza en el lomo de un elefante.
“¡Lo sabía!”, le dice el paquidermo, irritado, a su pareja, “¡Ya empezaron con los empujones!”

Un hombre le dice a un amigo: “Mi esposa está en una dieta de tres semanas”.
“¿De verdad? ¿Cuánto ha perdido hasta ahora?”
“Dos semanas”.

El papá tortuga le está contando a su hijo varios cuentos antes de dormir. Uno de ellos empieza: “Érase una vez un conejito blanco…”.
“¡Ay, papá!, interrumpe la tortuga, “ésas son cosas de niños. Cuéntame algo de ciencia ficción”.
“Está bien. Érase una vez un conejito en el espacio exterior…”
El hijo lo para en seco. “¡Quiero un cuento de adultos!”
“De acuerdo, pero prométeme que no se lo dirás a tu mamá”.
“Te lo juro”.
“Érase una vez un conejito completamente desnudo…”

Alguna vez, una adivina me dijo: “Haz todo lo que te diga tu jefe”. Lo repitió como si mi vida dependiera de ello. Sabio consejo, pensé, mientras trabajaba en un proyecto importante que necesitaba el aporte de mi jefe. Como si necesitara una prueba de lo buena que era la adivina, esa noche, al revisar mi horóscopo en el periódico, leí: “Haz todo lo que diga tu jefe”.

Un pordiosero se acerca a una ancianita en la playa.
“Por favor, señora”, suplica, “no he comido nada en 24 horas”.
“¡Qué bien!”, dice la abuela, “así no tendrás que preocuparte por sufrir calambres si te metes a nadar”.

José, Miguel, María y Tomás hablan sobre los empleos de sus sueños.
“Me gustaría ser abogado”, dice José, “para así poder defender a mis compatriotas”.
“Me gustaría estar en el congreso”, dice Miguel, “para proponer leyes que beneficien a mis compatriotas”.
“Yo quiero ser doctora”, dice María, “para poder atender a mis compatriotas”.
“Y tú, Tomás, ¿qué te gustaría ser?, pregunta José.
“¡Yo quiero ser compatriota!”

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