PRI VIVE SU PEOR MOMENTO

-El próximo año no registrara candidato presidencial

-El PÄN, a sus 84 años, es un  partido viejo

-Además lo  controla una casta divina

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Raúl Hernández Moreno

El PRI festejó el sábado 4 de marzo el aniversario 94 de su fundación. Lo hizo  en su peor momento. De tenerlo todo, pasó a tener muy poco,

En el 2018, el PRI obtuvo el 13.5 por ciento de los votos emitidos, con los que apenas logró el 14 por ciento de los asientos del Senado.

En el 2021, el PRI alcanzó el 17 por ciento de las curules en la  Cámara de Diputados y eso aliado con el PRD y el PAN. Este último es quien lleva la voz cantante en esa alianza  bastarda.

En cuanto a las  gubernaturas, el PRI solo tiene 3 de las 32.

En el año que transcurre,  habrá elecciones en dos de esos  tres  estados y todo  indica que el PRI perderá el Estado de México, que con sus 12 millones de  votantes y 16 millones de  habitantes,  alberga uno de cada 8 habitantes en el país.

En cambio, la suerte le  favorece en Coahuila. Si lo gana, gobernara dos estados, Durango y Coahuila.

Para el 2024 el panorama es nada halagador y por primera vez en su  historia el PRI no tendrá candidato presidencial, pues le cedió al PAN esa  facultad. En 1976 el PAN no  registró candidato presidencial, lo que permitió que José López Portillo  fuera solo, pues el rival enfrente, el Partido Comunista, no tenía registro y su casi millón de votos obtenidos no valieron.

Aquí en Tamaulipas la flamante presidenta del PRI, Mayra Ojeda, es  partidaria de la alianza con el PAN, haciendo a un lado los malos tratos y vejaciones que el priismo sufrió a manos del tiranozuelo de Cabeza de  Vaca que ordenó el despido de miles de burócratas que  durante décadas trabajaron para gobiernos  priistas.

El PRI  dejó de ser el partidazo de antaño y se ha ido empequeñeciendo en los últimos  años. Está lejos de desaparecer, como le  ocurre al Verde y al PT, pero  cada vez  le es más complicado  ganar una elección participando  de manera individual. Para  ganar necesita de aliados,  sin importar que se trate de una alianza anti-natural, con el PAN y el PRD. Ya no  hay ideologías, principios ni valores, si no una lucha por el control del  presupuesto público.

El que controla el presupuesto controla el poder.

Y el PAN va por mismo  rumbo que el PRI. Ya es un partido viejo, próximo a cumplir 84 años. Lejos de modernizarse, se quedó atrapado por  familias que lo controlan a nivel nacional, estatal  y municipal. Ciertas familias se han convertido en una casta divina. Son los que se reparten  cargos de elección plurinominal y luego se presentan como los  grandes estadistas, campeones de la democracia, siempre y cuando les  favorezca a ellos.

El  grueso de la  militancia trabaja para que esta casta divina puedan ser regidores, diputados, alcaldes, gobernadores, sin importar que tengan la  cabeza  hueca  y utilicen la posición  para enriquecerse. 

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