PROPONEN TAXIS ECOLOGICOS, PARA BAJAR TARIFAS
-Didi y Uber abusan con precios diferenciados
-Tramitan concesiones
-A un periodista se le puede reclamar sobre lo que escribe
-No por lo que no escribió o no dijo
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Raúl Hernández Moreno
Para acabar con los abusos de Didi y Uber, el Sindicato de Chóferes busca que el gobierno del estado les autorice concesiones para operar taxis ecológicos con tarifas estandarizadas.
Actualmente, las dos plataformas ofrecen tarifas diferenciadas. Por las mañanas es un precio y por las noches se incrementa más del 50 por ciento, o hasta el doble y el triple.
Lo mismo ocurre cuando está lloviendo. Una tarifa normal se triplica o cuadruplica, con el pretexto de que con el mal tiempo las unidades se deterioran.
Gerardo Casas, secretario general del Sindicato de Chóferes, comenta que todo esto lo dice con conocimiento de causa, pues ha trabajado como taxista en la CTM y en la plataforma Didi.
“Todo esto debe terminar. El riesgo de un incidente existe por la mañana o por la noche, no hay razón para triplicar o quintuplicar el precio en las noches”, agrega.
Los taxis tienen tarifas altas, con ello quieren asegurar las ganancias del día, sin importar que tengan menos servicios y en el caso de las plataformas estas abusan por las noches, cuando hay mal tiempo o cuando hay mucha demanda.
Comenta que si hay mucha demanda, lo lógico es bajar los precios, pero sucede lo contrario. Y ese cobro adicional no lo determinan los conductores, es la plataforma la que abusa.
El gremio, desde hace algunos años, viene gestionando ante la Subsecretaria de Transporte del Gobierno del Estado que les autorice por lo menos 100 concesiones.
La idea es ofrecer tarifas estandarizadas en beneficio de los usuarios y que a la larga obligue a las plataformas y a los taxis de la CTM a bajar sus precios.
Esto además ayudaría a mejorar la movilidad y que ante tarifas competitivas la gente se anime a dejar sus coches uno o varios días a la semana y se mueve en unidades que les ofrezcan precios bajos.
En lo personal nos ha tocado ser víctimas de los abusos de Didi. Un viaje de la casa a la presidencia municipal ronda entre los 45 a 60 pesos y en mayo, este mismo viaje nos lo ofrecían en 158 pesos, con el pretexto de que había alta demanda.
Lo dicho por Casas no está nada alejado de la realidad.
En otro tema, hoy que se celebra el Día de la Libertad de Expresión hay que recordarle al público que a un periodista se le puede criticar o reclamar por lo que escribe o habla, no por lo que no escribe o no habla.
Muchos ciudadanos, incluyendo quienes se dicen y sienten periodistas, suelen criticar a los reporteros porque no escriben sobre tal o cual tema y los acusan de vendidos.
Nada más falso. Un servidor jamás ha escrito sobre el cáncer y no por eso nos pueden acusar de estar vendidos con las farmacéuticas para no tratar el tema. Tampoco hemos escrito sobre los ovnis, ni siquiera de Dante Aligheri o Bruno Traven, y eso no significa que recibamos dinero de algún grupo constituido para que no tratemos esos temas.
Con la llegada de las redes sociales, el ciudadano común que espera que los reporteros escriban o hablen sobre los temas que les interesan, puede hacerlo directamente.
Ahí están las redes para tratar con desparpajo, o con alta grado académico, cualquier tema, desde exhibir a bandidos de cuello blanco, políticos corruptos, la delincuencia, los deportistas, escritores, cantantes, comercios, la iglesia, etc.
O pueden tratar temas más sesudos. Desmenuzar la obra de Platón, la de Nietzsche, hablar del Santo Grial, de los alquimistas. No hay más límites que el propio conocimiento.
Cada quien ejerce la libertad de expresión como mejor le parece, pero, insisto, se nos puede reclamar sobre lo que escribimos o decimos, no lo que no escribimos o no dijimos.
Hace años, cuando algún reportero criticaba a alguno de los amigos del editor Ruperto Villarreal, lo llamaba a cuentas y le decía: “cuando quiera atacar a mis amigos, ponga su propio periódico”.
Si a alguien no le gusta lo que dicen los medios, ya no necesita abrir su propio periódico, para lo que se requiere mucho dinero, basta con que acceda a las redes sociales, que son gratuitas. Ahí puede darse gusto escribiendo lo que le gustaría que escribieran los reporteros. Así ejercería su propia libertad de expresión. Y así demostrarían el valor que exigen a los demás.