EL INE NECESITA UNA SACUDIDA

-Tres tamaulipecos buscan ser consejeros

-Sin Lorenzo Córdoba, imagen del INE mejorará

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Raúl Hernández Moreno

Tres  tamaulipecos se encuentran entre la lista de los 203  aspirantes a ocupar una de las cuatro plazas del Consejo General del Instituto Nacional Electoral que  quedarán vacantes el 3 de abril, incluyendo la de Lorenzo Córdova.

Se trata de Sergio Adrián Lara, Sergio Ruiz Castellot, actual vocal ejecutivo del INE en Tamaulipas y Arturo de León Loredo,  quien hace poco  se  jubiló, luego de una exitosa carrera en el INE durante la cual ocupó las vocalías de Tamaulipas, Nayarit y Chiapas.

De León estuvo al frente del IFE aquí en Nuevo Laredo, a principios del 2000,  en donde se distinguió por promover una apertura de  puertas  abiertas entre la sociedad, la prensa y los partidos políticos.

Durante su estadía en Nuevo Laredo promovió cursos de  capacitación para la prensa y hasta consiguió que un concesionario de un medio de comunicación aceptase actuar como  funcionario de casilla, para sentir ese compromiso.

De León sería un excelente árbitro electoral profesional e imparcial, que no se cargaría hacia ningún partido, como penosamente lo hace  hoy Lorenzo Córdoba, que se cree inventor de la democracia y  dueño del INE.

Desafortunadamente, la elección de los cuatro consejeros electorales no estará marcada por la capacidad y los conocimientos. Se va  a elegir a cuatro elementos identificados con Morena. Se  repite la misma historia de cuando gobernaban el PAN y el PRI, y  ambos partidos escogieron consejeros afines,

Sería padre  ver a Morena haciendo a un lado la política que en su momento aplicaron el PAN y el PRI, pero eso no  lo vamos a ver.

El INE  necesita una sacudida. Ciertamente el Presidente Andrés Manuel López Obrador se ha dedicado a golpearlo, pero Córdoba  cayó en  ese juego. Se envalentonó, se alió con el PAN y  con el PRI, consintió en dinamitar candidaturas de Morena y terminó de  dañar la imagen del INE.

Que hoy lo defiendan el PAN y el PRI y promuevan  marchas disfrazadas de ciudadanas, no quiere decir que  la ciudadanía este con el INE. La mejor prueba, es que en cada elección tiene problemas para  integrar al personal de las casillas.

Hay un rechazo generalizado a la vida de privilegios que gozan los  consejeros electorales  quienes pretenden  convencer de que  a mayor paga, mejor democracia. Pero los altos sueldos los quieren para ellos, no para el  grueso de los empleados, los que  operan los módulos, los que hacen trabajo en el territorio.

En fin, la salida de Lorenzo Córdoba  va ayudar a  mejorar la imagen del INE. Sale un  feroz  panista, echado para adelante usando al INE para enfrentar a Morena, pero ya sin las siglas del INE ese  valor va a disminuir y  va a dejar de ser atractivo para la prensa anti-AMLO.

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